Aquella noche plácida por tantas cosas,
se cruzaron nuestros pies
en caminos de besos y deseos
guardados.
Aquella noche de olas majestuosas,
con lloros de niños,
y miradas calientes nos
imaginamos nacer en tierras
de nadie.
Aquella noche de pentagramas vacíos,
y canciones de cuna,
quise ser profeta en tus miradas
llenas de olvidos.
Aquella noche,
esta,
la de mañana,
me la imagino
de esponjas multicolores
predominando el amarillo.
En la Bajamar
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