Begoña Abad
No podré hablar de mis hermanos,
no podré llorar con ellos
la ausencia de los padres,
añadiré su ausencia a la hondura de mi dolor,
con nadie recordaré la infancia,
con nadie repartiré las fotos, los anillos.
No podré preguntarle sobre lo olvidado,
yo siempre desmemoriada,
y tampoco elegiremos juntos
las cosas de las despedidas:
el féretro, las flores, los cierres de las casas, los abalorios…
Siempre tuve esa negrura a cuestas
pero sé, sin embargo, que he de estar a solas
para estar contigo.
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