Quiero beber de tu piel
y dejar la sed al borde
de tus deseos.
Perfumar tus andares
en el habitáculo de tu lengua
para que me des cobijo
en tu pecho
y habitarme las entrañas.
Quiero acariciar tus sueños
y bailar en este domingo
con la música de “la Mari de Chambao”.
Siempre es hermoso dar amor
saboreando un poema de Neruda,
y yo eternamente distraído
por la luz de este atardecer
de rebajas de enero.
Tengo el precio puesto
en la bufanda hace dos meses
para que me quites el frío
y no me devuelvas a los estantes
de las solitarias sacristías.
y bailar en este domingo
con la música de “la Mari de Chambao”.
Siempre es hermoso dar amor
saboreando un poema de Neruda,
y yo eternamente distraído
por la luz de este atardecer
de rebajas de enero.
Tengo el precio puesto
en la bufanda hace dos meses
para que me quites el frío
y no me devuelvas a los estantes
de las solitarias sacristías.
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