Si llegas de puntillas
en medio del silencio
y reconoces mi tristeza,
regálame tu brisa.
Si ves que no encuentro el norte
en esta jungla de asfalto
y llevas la primavera en tus ojos,
regálame la luz.
Si visitas mi soledad
y la niebla oculta el horizonte,
hazme prisionera de tú alegría
y acaríciame el alma.
Si ves que me crecen las alas
para volar muy alto,
déjame escalar a la cresta de la luna
y espérame en las nubes,
para gozar entre las amapolas.
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