Soledad del alma
Eres, como hoja seca que tiembla aferrada a su tallo.
Caminas por un laberinto de emociones
que no te lleva a ningún sitio.
Te giras y volteas una y otra vez
por esta noria de arenas movedizas.
No te acongojes ni te sientas hundida.
Avanza por este asfalto
y clava bien los pies.
Pisa fuerte con tus zapatos viejos, hasta que se rompan
porque por esta vereda, navegamos todos.
No olvides que después de la niebla
siempre sale el sol.
Eleva tu copa hasta lo más alto y brinda por la vida.
Qué no te oiga la tristeza porque las estrellas
continuamente, serpentean por los tejados
y la lluvia por mucha que caiga
va a parar al mar.
¡Aspira!
¡Aspira con energía el olor de los jazmines!.
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