miércoles, 10 de abril de 2019

Nicolás Corraliza





LA TRISTEZA DE LO PERFECTO



Entre los juncos de los manantiales,
se esconde el pájaro poema.
No vuela si no quiere. A veces está quieto,
y a veces no está.
Sabe anunciar la voluntad de los árboles,
la forma de la nube, y su espesor medido en vientos.
Sobre una piedra sentado, cuento los diluvios.
Debajo, donde no llega la luz,
descansa un escorpión
en el único hueco sin peso.
El mar estuvo aquí. Siento sus lindes.

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La imagen puede contener: exterior y agua

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