miércoles, 2 de octubre de 2019

ISABEL REZMO





El domingo era fiesta de guardar.
Hoy es el final de una tarde.
El comienzo de la rutina
simple y salina.

EL domingo se guardaba
el traje y los zapatitos rosa.
Se guardaba la misa,
la visita de los abuelos.
Ahora guardo los domingos
para quedarme pensando
en las cosas muertas que no hice.
En los semáforos en rojo
que pulsé.
En el ámbar que me aprieta
para que cruce, la línea de
este angustioso presente

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