martes, 17 de diciembre de 2019

• Miguel Ferrando Rocher •





yo.
mis ojos,
mis ojos son mi fuente de vida,
mis ojos y mis manos,
mis ojos , mis manos y mis besos.
Mi espalda sin matices,
sin baches ni esperas.
Mis ojos, mis manos,
mis besos y mi espalda.
Mi cuello, mi cuello cuando
se yergue.
mis ojos, mis manos,
mis besos, mi espalda
sin matices, mi cuello erguido.
mis promesas, mis palabras,
mis tristes andares encorvados,
mis sonrisa discreta.
yo, joder, yo.
las razones por las que vivo,
y deseo, y ansío,
los motivos que me dan
el espíritu dormido que reposa
ceder. Ceder siempre ante
la presión de lo inevitable.
Y se guarecen mis deseos,
la justicia poética, dicen,
debe prevalecer,
y así es.
Sobre mi cama,
ya sin luces,
se oirá el llanto de una botella
arrastrándose en la plaza.
En ese preciso instante
tus orgasmos derretirán
mis ojos,
romperán mis ventanas,
y herirán mi alma,
se desvanecerá en el universo,
y guardaré de nuevo
en la caja estos deseos
inmortales de ser tuyo siempre,
volaré entonces sobre Júpiter,
anhelando que Dios se equivoque.

Del Libro : A tu encuentro.
Colección: Poesía en la distancia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario