domingo, 31 de mayo de 2020

© Carmen Castejón Cabeceira


Agarrarse al vacío, desalojar mi cuerpo
que es la casa que habito.
No tengo más lugar que el que tu me ofreces
cuando estás generoso,
para jugar contigo de un modo impronunciable.
Entonces me hago yegua
que cabalga más allá de tus bordes,
conociendo así
la fugaz plenitud .
Agarrarse al vacío y encontrar solo piedras
por accidente,
piedras universales y calladas,
piedras descoloridas ,desalentadas todas.
Tal vez esto ya sea un poquito de muerte.
Mi danza es lenta,
vence a la gravidez.
Ahora somos muchos los que lloramos etéreos.
desnudos por los pies, sangrando siempre,
almas a la intemperie que se buscan.
Agarrarse al vacío , desalojar mi cuerpo
en la casa que habito que es la tuya,
sola por todas partes
no mirar hacia nada ,
marcarme con tus dedos mi horizonte
por encima del mármol
y volver a encontrarnos justamente
en esa misma esquina
en la que dimos todo por perdido.


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