Es festivo para mi cuerpo...
le das tu tiempo relajado,
el sentimiento de la lengua,
el nudo de saliva que deshace
el origen de la enredadera.
Transgredes en mí
los sueños de la carne,
hincas tu voz
en mi ombligo
para despertarme
la postura de cielo
naciente, abriéndome
a tu resplandor.
Mis ojos te beben
de un solo sorbo.
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