martes, 5 de mayo de 2020

MARIANA FINOCHIETTO







A veces,
sobre todo en las mañanas,
ella canta.
Y su voz
es un murmullo
que rebota
contra las paredes de la casa,
se pierde entre la ropa de los hijos,
en la cama tendida,
enorme, inmaculada.

Canta
bajito, quedamente,
para
no despertar a los fantasmas.

A veces,
sobre todo en las mañanas,
desde la ventana
mira el cielo.
Y no sabe
si esta herida en el pecho
es angustia
o son alas.

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