EN LA NIEBLA.
Adentrarse en la niebla
con una sola piel,
sin más abrigo que la palabra.
Y confirmar lo ya sabido.
Que el frío viene de dentro:
inviernos sin sol,
hielos antiguos
que se resisten a ser agua
río abajo.
Quién podrá con eso.
Tal vez el tiempo
y sus hierros al rojo.
Tal vez
el fuego y su mirada.
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