Si quieres sentir mi mundo.
Ven a mí.
Sólo te pido que llegues
con las botas limpias de barro.
Observarás que cuando besas una rana,
mi oscuridad se convierte en sueños.
Te presto mis ojos y verás
como el sol resucita en el ocaso.
Un laberinto de ilusiones,
prenden las entretelas de mis pupilas.
Tras la tormenta, el arcoíris.
En la belleza también existe tristeza.
Debajo de mi almohada
he guardado besos para ti.
Búscalos y acomódalos a tus mejillas,
para que cuando asomen tus lágrimas,
no te quemen la fina piel de tu rostro.
No dejes de caminar por mi mundo.
La vida son dos días
y uno se pasa durmiendo.
En mi corazón las flores agonizan,
pon semillas de cariño
y crecerá un jardín para tus
sentimientos descansar,
entre las mullidas margaritas
que paren mis labios.
En mis caricias se camuflan
el amor y el dolor.
Tómame entre tus brazos y
calma esta batalla que me provoca,
alucinaciones de una vida sosegada.
Si continuas escalando
peldaños en mi mundo.
Sentirás como la luna roza tus sienes
y las estrellas nos preparan un lecho.
Aprende de mí.
Siempre hago lo que mi alma,
le ordena a mi mirada.
Cepeda.
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