Ya fui muerto entre los vivos,
calambre de un dios
que nunca quiso hacerme el amor.
Entonces me fui a otro mundo arrastrado por los infiernos
donde inverné cien años.
Ahora regreso vacío. Dispuesto
a arañarme de nuevo la vida,
a morir de amor, si hiciera falta.
Regreso para que dejes tu puñal en el armario
y vengas al dormitorio donde te espero,
a decirme que me amas,
como se aman verdaderamente a las cosas
y a los hombres.
Si no es así,
déjame en la puerta y no me hagas pasar
para vengarte de mis sueños.
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