miércoles, 1 de septiembre de 2021

Laura Villanueva Guerrero

 






Se hace de noche
y vuelves a no estar
en mis dedos.
Enjaulo los tigres
detrás, en el patio,
y cierro
la cancela.
Dentro de la casa
se oye un silencio
de luz,
la realidad,
la distancia.
Los lunes me quedan
grandes
por tanto vacío.
Luego pasan los días
y soy más torpe
en la rutina de olvidarte.
Hago la cena, cualquier
cosa,
y pienso en ti
apoyada en la encimera,
mirando el reloj,
por si le hubieras adelantado
la hora a la existencia
y aparecieras de repente,
como sucede en algunos
sueños,
sin esperarlo.


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