Yo se que algún día, no muy lejano, asomará
tu voluntad de mostrarme la lírica, y padecerá mi
alma la locura, rodeada de puestas de sol, de
vuelos enamorados, de luces de otoño, cubriendo
el desasosiego.
Yo se que algún día, no muy lejano, volverá el claro
gesto de tu mirada.
No hay kilómetros en el pensamiento, solo desconsuelo
que acobarda y se desvía hacia la realidad.
Aprieta tu ardor y regala una guirnalda de sudor,
que queme lo que siento, para así apresurar la aurora, y
mi llanto para siempre.
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