sábado, 4 de diciembre de 2021

Cepeda





Detener lo que siento por ti es

como pedirle a mi alma que
abandone mi cuerpo.
¿Quererte, como te quiero, será pecado?
Si lo es, el infierno he ganado.
Excéntrico este sentir,
radiante este llorar.
Llorar por quererte tanto.
Tibios azulejos de mis pupilas,
senderos que pongo a tus pies.
Rojos son mis latidos.
Nací en tus labios
y moriré en tu sonrisa.
Te siento como una sinfonía de Mozart,
cuarenta delirios vibran en mí.
Perdóname, por rimar tu nombre
con la puerta del edén terrenal.
Al rayar el alba,
el calor de tu cuerpo
me quite el frío.

No hay comentarios:

Publicar un comentario