Mañana se pasearán los versos,
cuando aquí sólo queden
perfumes.
La esencia del viaje es lo que queda,
el paisaje es infinito,
los verdes prevalecerán en los campos
y las voces llenas de miel
saldrán de las montañas
limpiando oscuridades.
No importan los surcos morados
si la tristeza es efímera,
no importan las palabras rotas
si hay ofertas de besos vírgenes.
A veces, viene bien saber
el color del aliento,
de la sospecha,
de las caricias.
Te huelo y me haces
desayunar a gusto.
Pedro Javier Martín Pedrós.
Del libro : En la Bajamar
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