miércoles, 12 de enero de 2022

Barbara Grande

 


AUSENTES


El miedo ya no se esconde
en el blister
o los semáforos.
No está en el buzón,
en la espera,
la estación fría
ni en el tiempo.
El miedo se esconde aquí dentro,
en mi pecho,
justo al segundo de rozar el recuerdo,
cuando mi corazón se desboca
y muero un poco.
Llueve a cántaros en el salón
y sólo temo
a los ojos del destino
cuando miran fijos
al horror del juicio
y de la culpa.
También la ausencia.

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