Aceptar la marcha, inspira versos...
Y ahora tomo tus palabras
y las meto en el vagón de cola del tren que marcha,
para que a partir de ese momento
se pierda en contenido,
bajándose en la siguiente estación.
Ahora,
me dedico a diagnosticar la enfermedad objeto de tal condescendencia,
y a solas conmigo misma,
sigo preguntándome porque me hieres sin motivo.
Y rebusco en los cajones,
para encontrar algún vestigio que indique cómo y cuándo,
el jardín se mudó al desierto de tu olvido.
Y después de ahora,
dejaré de hacerlo,
porque no puedo seguir con esto
y entonces..,
será el momento justo de sentir
que por fin te has ido.
El frío de Lola Fontecha.
*****************
No hay comentarios:
Publicar un comentario