Hay mañanas que se antojana sueños rotos,
a tristezas equivocadas de camino,
a mundos estremecidos,
a nacimientos difíciles de celebrar.
Verás:
Si encuentras versos arrugados
en la mesilla de noche,
no te extrañes,
se escaparon de la
caja de mis dudas
y fueron a tu encuentro
para aliviar cicatrices.
Del libro: Poemas para la vida.
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