Ando conmigo arrastras por la calle
por no quedarme quieta,
buscando ritmos nuevos que me toquen.
que invada mis bolsillos.
y encender mi voz
quitándome las piedras de los ojos.
Este ser tan sensible que me cruza
no se logra encauzar si no es con versos,
la palabra me da
la única justicia conocida.
Ando conmigo arrastras por la calle
deshaciendo el nudo de la garganta,
casi siempre me prestan los andares,
pero yo los devuelvo
llegando el primer síntoma.
Comienza a llover,
todo aquello que fue sosiego o fiebre
se vuelve de colores.
Los bolsillos se llenan de vocablos,
ya se ha dado la magia necesaria.
Advierto que mi cuerpo se dispone a escribir,
estoy siendo atraída por la tierra.
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