El corazón del bosque
Tras la tormenta,
el arroyo enfangado
fluye
pesadamente
como una babosa.
Lo que queda de día
reluce en un pedazo de metal.
Es una lata roja, de refresco,
que bien parece el corazón del bosque.
Cierro los ojos y oigo su latir:
Arritmia de las gotas al caer de los árboles.
El aire huele a hinojo y hace frío.
La realidad se escapa a la mirada:
Aunque me esfuerce, siempre está incompleta.
Igual que la sonrisa
de una boca sin dientes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario