JUEGO DE VOZ
Para Fernando T. Pérez,
después.
Jugando está la noche con la nada;
aquí después de todo, todo ha sido
un duelo de esperanza en lo vivido
y una sed de labores, casi nada.
No es perdón esta voz, es sólo nada,
tiempo de cuna y hambre pervivido
entre la soledad de lo nacido
y la sed de lo ancho por la nada.
Jamás pisó la voz tanto cuidado,
ni jamás la decencia fue tendida
como alma a secar por lo cansada.
Nunca palpar tu luz quiso la vida,
siempre el destino a paso descuidado
y en mi pesar y en tu pesar la nada.
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