La palabra se hizo infierno
y necesité tus lágrimas
para refrescarme.
La palabra se hizo amor
y brotaron abrazos
cercanos.
La palabra murió y
el pentagrama se vació
de sus notas musicales.
Todo esto ocurre cuando
el cuadrilátero
de los sentimientos
se viste de negro,
y la vida se va gastando
en días de extrema
pobreza humana.
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