lunes, 23 de octubre de 2017

PACO VELÁZQUEZ






DUELE LA HERRUMBRE, PADRE
Duele esta luna sin brillo
al anochecer del corazón.
Duele escuchar la sin memoria con dolor
del bosque sin mesura marchito
y su lamento hostil maldigo.
Duele el almendro no hallar
vestido de blanco azahar.
Duele ante el réquiem sucumbir
que sin ritmo pernocta en el mar,
en los ojos secretos de selene.

Duele la herrumbre, padre,
tú que fuiste mi sueño, mi mañana y tarde,
mi lucidez biológica, mi vivir.
Cronos, egoísta, te ató a la noche
y va atardeciendo rápida la oscuridad,
para poner rumbo al final broche
que mi alma enjuta ahora apene.





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