Felicidad González
Vertieron lágrimas
como si fueran únicas.
Se concentraron en su propio dolor
y se olvidaron del dolor del otro.
Acostados de espaldas a la luna
cerraron los ojos y se durmieron
con el orgullo en medio.
Esa noche,
se quisieron como nunca.
Esa noche,
egoístamente se amaron.
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