martes, 6 de noviembre de 2018

José Puerto Cuenca





“YO TENGO UN SUEÑO…”

Como el negro Martin Luther King, yo tengo un sueño…
que me ronda y me crece más vivo cada noche
y me amenaza con ver conmigo amanecer.

Me veo recién plantado en una tierra nueva
al otro lado diáfano de todas las fronteras,
en una heredad brillante y fértil donde reina
como dueña y señora la madre clorofila,
en donde las verdades cereales de la savia
las miradas, las bocas, los estómagos colman
y socaban, devoran los antiguos decretos
oscuros y concretos de asfalto y de cemento;
donde se agrandan patios rebosantes de luz
estallantes de flores y dones hortelanos.
Es una tierra enhiesta en una vibración nueva
de energías sin cargo de codicia ni inmundicia
que repiten al astro dorado y que rezuman
del viento, de agua inquieta, de la matriz de Gaia
 y del miocardio noble de cada ser humano.

El lugar de mi sueño es un mundo habitado
por humanos señores de su propia conciencia
y artesanos peritos en el sexto sentido
que será el más común de todos los sentidos;
es un lugar sin dioses donde Dios es la suma
de muchos seres francos de ojos transparentes,
de gesto dulce y manso y de mano siempre abierta
donde más que mi miedo, mi ombligo y mi intestino,
importan los sudores de nuestras frentes tersas
e importa la certeza, que sepamos quién somos
qué vinimos a hacer y hacia dónde va el camino…

Sueño una gran aldea donde todos se conocen
sin tratarse por títulos  pues todos son familia…
Es un lugar en donde hace lustros se fundieron
las soberbias colosales,  los poderes maléficos
que ostentaban impunes los altos rascacielos,
una tierra de gente encendida a ras de tierra
que ya nunca jamás quiso vivir amontonada;
y veo abrirse el pecho de las ciudades grises
en ágoras inmensas con columnas forjadas
con el plomo guerrero y el bronce de cañones,
donde nos reuniremos  a meditar en masa,
crítica, celebrando el laurel de la creación,
a conectarnos y a pronunciar antiguos mantras,
oraciones potentes de hágase  y  así sea;
y a concordar con pocas, con muy pocas palabras
de buen entendedor las muy escasas leyes
que apenas son precisas entre gente de ley.

Yo tengo un sueño más vivo y largo cada noche,
que me amenaza con quedarse a desayunar
y a echar el día entero conmigo y con vosotros…

                                                                       

No hay comentarios:

Publicar un comentario