lunes, 3 de diciembre de 2018

Esperanza Ortega





Hay días
huecos
sin horas sin minutos
simas en donde las voces caen
como las piedras y se pierden

horas felices hay
también
y tú las acaricias con dulzura
para no perturbar esa frágil quietud
desprevenida con que posan sus alas

cuando se van
renuncias obediente
a perseguir su vuelo inalcanzable

De Mudanza, 1994





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