EL PAÍS DE LAS MARIPOSAS
Llegué al país de las mariposas,
intentando aletear unas alas
que brotaban de mi garganta.
Contemplé un mar
de margaritas, envueltas
unas con otras, con pétalos
mustios y hojas pardas.
Estaban todas ocupadas
incluso, la mía,
y no quise ASEDIARLA.
Un país, donde la belleza
no está en la cresta de una ola,
sino en la arena dispersa
esperando momento
a momento, mojarse
para convertirse en MASA.
Allí la luna no ilumina
la noche, se queda
escondida y asustada; sabe
que quieren pintarla
con los colores grises de la FALSA.
Llegué al país de las mariposas,
y decidí marcharme
por que tú…
NO ESTABAS
y tampoco
la ESPERANZA.
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