Como lo haces ahora, bautiza las alas de mi silencio con la rúbrica lenta, suave y amorosa de tu boca. Ampárame en el vaho de tus ojos, en la transparencia de tu cariño y en los surcos desnudos de tus manos. Hazlo, para que yo vuelva siempre, como lo hago ahora, a renacer por encima de todas las nubes.
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