miércoles, 21 de julio de 2021

María Paz Torres Pino

 





LA HORA DE LA SIESTA

Era la hora de la siesta.
La luz pesada
de un cielo
de estaño
entraba
en el cuarto
donde estaba echada.
Y se recortaba
en su cuerpo desnudo.
Anillos de serpientes escalaban
por sus piernas.
Luciérnagas
navegaban
por sus venas.
Alas de Mariposas
aleteaban
por sus pechos.
Su vientre era un jardín de lirios
y de adelfas
donde se posaban
a libar las abejas.
Por su corazón empezaron
a trotar
potros salvajes
Y por su vientre
cabalgaban
caballos
a la carrera.
Fuera
una tormenta
amenazaba
con incendiar
los plátanos salvajes.
Un trueno rompió el aire
encendido de su cuarto
El cielo se oscurecía.
Un grito
gritaba
y se ahogaba
contenido
en su garganta.
Después se hizo
un silencio
de libélulas,
de abejas
y de lirios...

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