martes, 8 de marzo de 2022

Anabel Caride



El poder quiere muros,
bastiones que separen del hambre,
la inmundicia y cercenen los sueños
de los desharrapados.
Siempre busca coartadas
para arrebatar hijos, papeles incompletos.
Inventa una amenaza fantasma
y luego pone nombre, país,
color de piel.
Sus hermosas mentiras
hablan de democracia
cuando otros de racismo,
rechazo al diferente,
adversión a los pobres.
Inventa presidentes favorables al órdago
de crear tontos útiles
esbirros del sistema
que besen ancianitas
condenando a sus vástagos
a malvender su sangre
en el mercado negro.
El poder quiere hígados que mueran de cirrosis
cada fin de semana,
riñones transplantados a bolsillos pudientes
y vientres de alquiler.
Subvenciona incultura y se frota las manos
cuando un adolescente proletario
malbarata la paga apostando en el póker
perdiendo en la ruleta de la vida
la terca dignidad de sus mayores.

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