martes, 22 de marzo de 2022

Gema Cepeda




Como ese piadoso peregrino

que busca sosiego,
como esa hoguera que
medra sin carbón,
este amor está resumido
en el canto de nuestras almas.
Abrázame que tengo miedo,
no me sueltes en un rato,
junta tu cuerpo al mío.
Escucho tus latidos
y siento paz en mi vida.
Sigo la música de un viejo violín
y me lleva al beso de tu boca.
Abrázame te lo pido,
hasta atajar las manecillas
de un reloj sin cuerda
y que se muera con él
un pasado de pena.
Te llevo tan dentro
que mi piel se confunde,
no sabe si auxiliarte a ti
o auxiliarme a mí.
En una entrega absoluta,
déjame abrazarte,
como se abraza a quien
se ama, para no dejarlo ir.

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