Esta noche quiero desatar lentamente los rescoldos
de los besos dejados en la recámara de mis deseos...
Una petición recorre mi mente,
y reseca mi garganta...
Sensualidad de efecto, se llama.
Ahora no me cabe género de duda que me gusta llegar de la tierra hasta tu cielo, desatando nudos
lentamente con mis dedos.
Tuyo es mi cáliz
tuya la fuerza de mi semilla
para que todo marche
y vaya y vuelva.
También se necesitan tus manos
el súbito presagio
que nos acerca al rito
de entregarnos.
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