Adelaida Hidalgo
La otra tierra
Aprendí a amar la tierra que habito,
deshollinando el alma.
A sentir la tristeza, nunca el olvido.
Aprendí a mirar los colores del viento,
a estar cerca, aún estando lejos.
Aprendí a disfrazarme de tarde,
a esperar con mirada de ocaso
y hacerlo posible,
desde la distancia. Y pasan los años y siguen las ganas
de ver nacer un nuevo día
cabalgando en la mirada.
Gracias, Pedro Javier.
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