viernes, 9 de julio de 2021

Fabiola Rubio Gil.

 



Justo aquí,
y ahora,
en este preciso momento,
debo ese porqué “resolver” resurgir el resto de mi vida,
no importa lo que digan los demás.
En este momento no necesito todas
las respuestas,
ellas vendrán a su tiempo,
o no,
o quizás aquella pregunta innecesaria simplemente
se desvanecerá.
No hay prisa.
La vida no tiene prisa.
Soy a ratitos como
las estaciones del año.
El invierno no está tratando de convertirse
en verano.
A la primavera no le urge
ser otoño.
La misma hierba crece
a su propio ritmo.
Las decisiones que vaya
a tomar se harán
y en eso no tendré
más opción que seguir adelante.
Las decisiones que tome
se tomarán,
los acontecimientos
se irán revelando,
sin embargo,
en este momento
tal vez no necesite saber las soluciones o los resultados
o cuál es la mejor
manera de proceder.
Tal vez ese no saber
es un huésped bienvenido
al banquete de la vida.
Tal vez esa apertura
a todas las posibilidades
es un amigo muy querido.
Tal vez incluso la confusión pueda llegar a descansar aquí.
Y así,
en lugar de querer “arreglar” mi vida,
en lugar de tratar de resolver cuidadosamente
lo imposible
y así completar
esa historia épica
de un ficticio “yo”, simplemente me relajo
en el absoluto no saber, desentrañando
todo en el cálido abrazo del misterio,
sumergiéndome profundamente
en el momento, saboreándolo plenamente
con toda su singularidad
y grandeza.
Y entonces, en mi aquí
y ahora
tal vez sin ningún esfuerzo, sin lucha ni tensión,
sin que tenga que involucrarme en nada,
las verdaderas respuestas surgirán dulcemente
en su propio tiempo.


Autora: Fabiola Rubio Gil.
©Copyright - Derechos Reservados 2021.



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