A ratos,
me gusta recorrerte por entero
hasta llegar a instalarme en la cima
donde puedo arrancarte la piel
dibujando la sombra como un caníbal.
Sabemos que entre tú y yo
estorban las ropas, esas que ardientes
se sumergen con fuerza
donde el viento azota.
Y me siento bien en ti
respirando tu aliento, deslizando tu sabor
en la pendiente del deseo
donde nuestros cuerpos llegan a perderse.
No hay cosa mejor
que seguir tras tus pasos.
de su libro “Versos de agua”
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