SOL DEL PESIMISTA
(Escrito en la hoja en blanco de un libro de Óscar Hahn)
Para Ayax
Pez y mismo.
El mundo contagiado de esa música.
Hoy despertó mi hijo con manchas en la piel
y arroja dardos con veneno
a la Iglesia, al policía del barrio
a sus compañeros del colegio
a los padres de sus compañeros del colegio
a los maestros de los padres de sus compañeros del colegio
al perro que dormita feliz
en vez de ahuyentar a las palomas
que lo privan de su alimento;
al gato que duerme junto al perro
en vez de perseguir a las palomas
que lo dejan sin alimento
a Santaclaus que no se pone a dieta
ni va al gym media hora tres días a la semana
a los Reyes Magos
porque olvidaron un elefante afuera de la casa
desde que mi hijo cumplió seis años;
a Caperucita Roja por no escapar del cuento
a Borges por excluir de los dones la vida eterna
a Bob Dylan por no callarse a tiempo
a Maradona por querer ser Dios
a Dios por burlar a Maradona
a la Indeseable en el tablero de la muerte
a las víboras por cambiar de piel
a los tigres por saltar aros de fuego 112
a cambio de un pedazo de pan
a Cioran al Papa a Obama.
A mi hijo mayor le queda un dardo.
No sabe si disparar al chico del espejo
o al pesimista que arroja pelotitas de optimismo;
No, el amor lo persigue
en una bicicleta verde.
Sale de la pecera en busca de un mar cierto
donde lo esperan peces bendecidos
como él, aunque pronto el agua
sea insuficiente para el tamaño de sus sueños.
Su agenda
antes de alcanzar los traicioneros 20:
derrumbar la estatua de Rimbaud
que ríe desafiante desde la selva de su cuarto,
trazar un puente de aire y partituras,
pájaros y silencios
desde Utopía -patria por descubrirse- a Nunca Jamás.
Embarcación y tribu esperan en el próximo viaje.
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