Soledad del alma
Eres, como hoja seca que tiembla aferrada a su tallo.
que no te lleva a ningún sitio.
Te giras y volteas una y otra vez
por esta interminable noria de arenas movedizas.
No te acongojes ni te sientas hundida.
Avanza con el aliento fresco por este asfalto de fuego
y clava bien los pies.
Pisa fuerte con tus zapatos viejos hasta que se rompan,
porque ésta,
es una vereda por la que navegamos todos alguna vez.
No olvides que después de la niebla
siempre sale el sol.
Eleva tu copa hasta lo mas alto y brinda por la vida
y tus sueños e ilusiones,
volverán a inundar tus entrañas... y tu alma.
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