natalia belleq
Mi culpa...
lo que callé y no pude
decir, lo que dije y se me castigó...
mi culpa...
lo que no hice y lo que hice
también, y lo que hice mal,
regular o bien,
mi culpa...
lo que llegó tarde y lo que
llegó antes y lo que
no llegó nunca...
mi culpa...
si sonreí sin querer,
si lloré de más, si iba o venía ...
mi culpa
Si dije un te quiero cuando
te quería y te dejé de
querer, mi culpa,
Mi culpa si me siento mal,
si soy vulnerable, si siento
tristeza, si estoy cansada,
si digo lo que pienso, si no
lo digo, si finjo que todo va,
si no lo hago...
Mi culpa ...
Por perder los nervios, por
estar tranquila, por
entender, o por no
entender nada,
mi culpa...
Por construir mi mundo,
por adorar al diablo, por
imaginarme en las nubes,
por respirar, por querer
ahogarme, por ahogarme
y no hacer nada, por salvar
lo insalvable, por cantar, por
bailar, por ser feliz, por
luchar, por rendirme, por
subir y bajar...mi culpa
Mi culpa por preguntar, por
querer saber, por intentar,
por salir, por entrar, por
hacerlo bien, por estar
apagada o por brillar, por
querer comerme el
mundo, por cerrar los ojos,
por soñar, por
simplemente dormir, por
morir y nacer, por vivir... mi
culpa...
Fabiola Rubio
Me encanta tenerte así
sentada en mis piernas,,
recostada sobre mi cabeza
mientras me deleito del placer
que es verte sonreír.
Por momentos dejas salir
a tu niña interior y la inocencia
con la que sus ojos me miran
hace que me enamore aún más.
La forma en la que me tocas
y acaricias,
el bien que me hace tu persona,
el saber(te) tan mia y tan loca...
Somos el marco perfecto de esta
bendita manía de amar(nos) sin
medida, ni cordura, así te he de querer toda mi vida y parte de la otra.
©Copyright - Derechos Reservados 2018.
a tu niña interior y la inocencia
con la que sus ojos me miran
hace que me enamore aún más.
La forma en la que me tocas
y acaricias,
el bien que me hace tu persona,
el saber(te) tan mia y tan loca...
Somos el marco perfecto de esta
bendita manía de amar(nos) sin
medida, ni cordura, así te he de querer toda mi vida y parte de la otra.
©Copyright - Derechos Reservados 2018.
jueves, 27 de septiembre de 2018
José Manuel Acosta.
SALMO DE LA SOLEDAD
**************************
Mi último verso
espera ser una lágrima
escrita en silencio.
En mis palabras aún
hay migajas de sangre
mecanografiadas
en las grietas de los labios.
Restos de fe
que se ríen a carcajadas
mientras la vulgar
tristeza y el miedo
tienen sexo sin consentimiento
destruyendo el epílogo
de la noche,
subrayando los adverbios
que perecen en minúsculas
porque se quedaron
los abrazos sin óvulos,
y no hay fecundación
in vitro para que nazcan
dos iguales.
Como el amor, como las palabras.
Un hiato
en busca de su diptongo.
Ana García Briones
Jóhann Hjálmarsson
¿Es la muerte la única salida?
La meta, más allá de los mares y montañas.
La montaña es el eco de la muerte, el agua es el reflejo de la muerte.
Y sin embargo la muerte es brisa, soplo en el desfiladero,
onda en la superficie del agua.
¿Es la muerte la única salida?
La historia tiene el rostro de la muerte,
todo lo que se muestra a nuestros ojos,
todo lo que tocamos, pertenece a la muerte
En el hito está la muerte
y en el mojón de las palabras.
El aleteo del somorgujo
en lo más alto del páramo
nos desvela algo sobre la muerte.
¿Es la muerte la única salida?
Ningún camino lleva lejos.
Pero cuando nos detenemos,
y no podemos seguir
nuestra voluntad acompaña a la muerte
y las dos, incansables,
siguen su camino.
Jóhann Hjálmarsson en Ákvördunarstadur myrkrid (1985), incluido en Poesía nórdica (Ediciones de la Torre, Madrid, 1999, ed. y trad. de José Antonio Fernández Romero).
La meta, más allá de los mares y montañas.
La montaña es el eco de la muerte, el agua es el reflejo de la muerte.
Y sin embargo la muerte es brisa, soplo en el desfiladero,
onda en la superficie del agua.
¿Es la muerte la única salida?
La historia tiene el rostro de la muerte,
todo lo que se muestra a nuestros ojos,
todo lo que tocamos, pertenece a la muerte
En el hito está la muerte
y en el mojón de las palabras.
El aleteo del somorgujo
en lo más alto del páramo
nos desvela algo sobre la muerte.
¿Es la muerte la única salida?
Ningún camino lleva lejos.
Pero cuando nos detenemos,
y no podemos seguir
nuestra voluntad acompaña a la muerte
y las dos, incansables,
siguen su camino.
Jóhann Hjálmarsson en Ákvördunarstadur myrkrid (1985), incluido en Poesía nórdica (Ediciones de la Torre, Madrid, 1999, ed. y trad. de José Antonio Fernández Romero).
miércoles, 26 de septiembre de 2018
Pablo Martínez Zarracina
Dame la mano. Ven. Abandonemosesta fiesta insistenteen la que hace tanto tiempo que estamosatrapadossin saber ya muy bien qué se celebra.
Busquemos el refugio de un rincónvelado por la sombrao ganemos mejor la intimidadde esos cuartos de arriba en los que los abrigosaprovechan la ausencia de sus dueñospara fingir que han sido asesinadossobre una cama ajena y misteriosa.
Nadie se dará cuenta. Sígueme.
Entremos con cuidado en esa habitacióny cerremos la puerta,acallando las risas y los suaves aplausosque animan al pianista a interpretaruna canción radiante, de otro tiempo.
Y ahora que estamos solos, ven aquí.Déjame que te diga: "Estás preciosa"y vamos a abrazarnos un instante,en medio del silencio,sintiendo en lo más hondo, muy profundo,la alegría profunda de estar vivos.
De Los invitados, 2005
Lu sesma
Después de varias semanas
de oscuridad,
hoy por fin, abro el armario
para guardar en él
todas mis gastadas vestiduras.
Las perchas se apelotonan en su barra
como los años recorridos.
Cojo la primera percha
y cuelgo en ella la angustia,
arrugada y descolorida
de tanto usarla.
En la segunda percha
cuelgo el miedo.
La coloco al fondo
para que me cueste encontrarla
la próxima vez que abra el armario.
Busco otra percha vacía
y cuelgo en ella las manías,
son muchas,
y tendré que comprar perchas nuevas,
así que, por el momento dejaré algunas fuera,
que todavía me pongo.
En la última percha
colgaré algún sueño perdido
que ya no me sirve.
Lo estiro bien,
con cuidado, con mimo,
por si tengo que volver a ponérmelo alguna vez.
Lo pongo entre las perchas
de la nostalgia y la infancia.
Sigo buscando más perchas vacías, quedan pocas
y me cuesta encontrarlas.
Descubro la percha donde hace meses colgué la ilusión.
Hoy me apetece ponérmela,
me queda bien, me encuentro guapa.
Cierro el armario
hasta la próxima vez.
Nunca me ha gustado
colocar los armarios,
seguiré otro día.
martes, 25 de septiembre de 2018
Pedro Javier Martín Pedrós.
Viajo por los raíles de este día
con el corazón lleno de
nostalgias,
a veces con sobrepeso.
Silencios en los rostros de mis
compañeros de viaje por Roma.
La religiosa mueve con armonía rítmica
su rosario austero de madera, con olor
a sándalo.
Espero que su generosidad no tenga
fronteras y me llegue alguna
fragancia de sus oraciones.
Recuerdo, con caricias visuales,
a la joven con esclerosis múltiple por
su mar de sonrisas.
No muy lejos de aquí, lloran,
en los cimientos de su fe,
cristianos en el vaticano.
Florencia
Del libro: Poesía en la distancia.
Vicente Aleixandre,
JUVENTUD
Estancia soleada:
¿Adónde vas, mirada?
A estas paredes blancas,
clausura de esperanza.
Paredes, techo, suelo:
gajo prieto de tiempo.
Cerrado en él, mi cuerpo.
Mi cuerpo, vida, esbelto.
Se le caerán un día
límites. ¡Qué divina
desnudez! Peregrina
luz. ¡Alegría, alegría!
Pero estarán cerrados
los ojos. Derribados
paredones. Al raso,
luceros clausurados.
A estas paredes blancas,
clausura de esperanza.
Paredes, techo, suelo:
gajo prieto de tiempo.
Cerrado en él, mi cuerpo.
Mi cuerpo, vida, esbelto.
Se le caerán un día
límites. ¡Qué divina
desnudez! Peregrina
luz. ¡Alegría, alegría!
Pero estarán cerrados
los ojos. Derribados
paredones. Al raso,
luceros clausurados.
lunes, 24 de septiembre de 2018
Wislawa Szymborska
Amor a primera vista
Ambos están convencidos
de que los ha unido un sentimiento repentino.
Es hermosa esa seguridad,
pero la inseguridad es más hermosa.
Imaginan que como antes no se conocían
no había sucedido nada entre ellos.
Pero ¿qué decir de las calles, las escaleras, los pasillos
en los que hace tiempo podrían haberse cruzado?
Me gustaría preguntarles
si no recuerdan
-quizá un encuentro frente a frente
alguna vez en una puerta giratoria,
o algún “lo siento”
o el sonido de “se ha equivocado” en el teléfono-,
pero conozco su respuesta.
No recuerdan.
Se sorprenderían
de saber que ya hace mucho tiempo
que la casualidad juega con ellos,
una casualidad no del todo preparada
para convertirse en su destino,
que los acercaba y alejaba,
que se interponía en su camino
y que conteniendo la risa
se apartaba a un lado.
Hubo signos, señales,
pero qué hacer si no eran comprensibles.
¿No habrá revoloteado
una hoja de un hombro a otro
hace tres años
o incluso el último martes?
Hubo algo perdido y encontrado.
Quién sabe si alguna pelota
en los matorrales de la infancia.
Hubo picaportes y timbres
en los que un tacto
se sobrepuso a otro tacto.
Maletas, una junto a otra, en una consigna.
Quizá una cierta noche el mismo sueño
desaparecido inmediatamente después de despertar.
Todo principio
no es mas que una continuación,
y el libro de los acontecimientos
se encuentra siempre abierto a la mitad.
De “Fin y principio” 1993
Wislawa Szymborska (1923) Nació en Kórnik, Polonia
domingo, 23 de septiembre de 2018
Walt Whitman
NO TE DETENGAS
No dejes que termine el día sin haber crecido un poco,
sin haber sido feliz, sin haber aumentado tus sueños.
No te dejes vencer por el desaliento.
No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte,
que es casi un deber.
No abandones las ansias de hacer de tu vida algo extraordinario.
No dejes de creer que las palabras y las poesías
sí pueden cambiar el mundo.
Pase lo que pase nuestra esencia está intacta.
Somos seres llenos de pasión.
La vida es desierto y oasis.
Nos derriba, nos lastima,
nos enseña,
nos convierte en protagonistas
de nuestra propia historia.
Aunque el viento sople en contra,
la poderosa obra continúa:
Tu puedes aportar una estrofa.
No dejes nunca de soñar,
porque en sueños es libre el hombre.
No caigas en el peor de los errores:
el silencio.
La mayoría vive en un silencio espantoso.
No te resignes.
Huye.
"Emito mis alaridos por los techos de este mundo",
dice el poeta.
Valora la belleza de las cosas simples.
Se puede hacer bella poesía sobre pequeñas cosas,
pero no podemos remar en contra de nosotros mismos.
Eso transforma la vida en un infierno.
Disfruta del pánico que te provoca
tener la vida por delante.
Vívela intensamente,
sin mediocridad.
Piensa que en ti está el futuro
y encara la tarea con orgullo y sin miedo.
Aprende de quienes puedan enseñarte.
Las experiencias de quienes nos precedieron
de nuestros "poetas muertos",
te ayudan a caminar por la vida
La sociedad de hoy somos nosotros:
Los "poetas vivos".
No permitas que la vida te pase a ti sin que la vivas ...
Versión de: Leandro Wolfson
sin haber sido feliz, sin haber aumentado tus sueños.
No te dejes vencer por el desaliento.
No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte,
que es casi un deber.
No abandones las ansias de hacer de tu vida algo extraordinario.
No dejes de creer que las palabras y las poesías
sí pueden cambiar el mundo.
Pase lo que pase nuestra esencia está intacta.
Somos seres llenos de pasión.
La vida es desierto y oasis.
Nos derriba, nos lastima,
nos enseña,
nos convierte en protagonistas
de nuestra propia historia.
Aunque el viento sople en contra,
la poderosa obra continúa:
Tu puedes aportar una estrofa.
No dejes nunca de soñar,
porque en sueños es libre el hombre.
No caigas en el peor de los errores:
el silencio.
La mayoría vive en un silencio espantoso.
No te resignes.
Huye.
"Emito mis alaridos por los techos de este mundo",
dice el poeta.
Valora la belleza de las cosas simples.
Se puede hacer bella poesía sobre pequeñas cosas,
pero no podemos remar en contra de nosotros mismos.
Eso transforma la vida en un infierno.
Disfruta del pánico que te provoca
tener la vida por delante.
Vívela intensamente,
sin mediocridad.
Piensa que en ti está el futuro
y encara la tarea con orgullo y sin miedo.
Aprende de quienes puedan enseñarte.
Las experiencias de quienes nos precedieron
de nuestros "poetas muertos",
te ayudan a caminar por la vida
La sociedad de hoy somos nosotros:
Los "poetas vivos".
No permitas que la vida te pase a ti sin que la vivas ...
Versión de: Leandro Wolfson
Andrés Carlos Méndez Pérez
Mis manos se
entierran en la arena
recién lavada,
las olas rompen abrazando mis muñecas,
el sol oscurece
la mirada,
la brisa me sumerge en sensaciones.
Contemplo aquellos paisajes añorados,
me divierto ante
la ausencia de compañía,
disfruto de mí,
leyéndome por dentro,
compartiendo mi soledad,
buscando
el espejo amigo.
Rosa Pazos
PAZ, INDÍCAME EL CAMINO
Sé que llegarás ¿Pero cuándo, apartaras mis sombras?
Y vendrás, sé que vendrás con la luna que nace en noches transparentes.
Ven, te espero sin tregua,
necesito que me digas como vivir.
Atiende urgente a mi llamada,
que te adivino cerca.
Muéstrame con susurros,
o con gritos, tus serenas pisadas.
Indícame el camino...
Tal vez, nunca te he dicho que te amo,
que cuando estás conmigo todo es quietud.
No deseo retornar al túnel de la noche,
al ahogo de mis lágrimas ácidas.
Quédate aquí, siempre conmigo
para que yo pueda dormir
sobre tus parpados.
que te adivino cerca.
Muéstrame con susurros,
o con gritos, tus serenas pisadas.
Indícame el camino...
Tal vez, nunca te he dicho que te amo,
que cuando estás conmigo todo es quietud.
No deseo retornar al túnel de la noche,
al ahogo de mis lágrimas ácidas.
Quédate aquí, siempre conmigo
para que yo pueda dormir
sobre tus parpados.
sábado, 22 de septiembre de 2018
María Del Pilar Gorricho Del Castillo
Poema que me destrozas
en este dolor de parto
para alumbrarte cuanto antes
de mi ser, que es el tuyo.
Justa es la palabra donde romper aguas
ecuánime la fuente de castalia y la humedad
de su perfecta sed.
Llegas con el cordón umbilical
en dos vueltas, estrangulando estos dientes
que no han de morder de las tripas su hemorragia.
Te empeñas en no nacer por ti solo
en lo entristecido de las expiraciones.
Seguir incubando en el lóbulo
recóndito del silencio y su horizontal deseo
alguna que otra herida de la memoria
y mostrarte
todavía más férreo a los posibilidades.
Y yo...
yo dominada por los secretos
de otros poetas y sus versos ya nacidos.
Sus versos de plumas embriagadas
desde ese mamar discontinuo del estrado
y sus huecos memorables.
Quería ser como ellos,
bosques de hayas
esperando del verano lo extinto
que deja el fuego en su brillo consumado.
Para perderse entre las cenizas de las páginas
solo hay que ser uno más.
Abrazar las aguas, mojarse de bruces ,
o en la delicada forma de salpicar
de la piedra desde su inmóvil espera,
acontecer la carne del verbo.
Me transfundí horas, noches donde reposar
este no nacer tuyo,
y con el fórceps del no sentirte
en esa patada en la boca misma del estomago
despellejé mi corazón, mi mente,
mis ultimas formas de morir
a lo agazapado de tu posición observadora.
Mojando la delirante letra que me nombra
estabas allí,
siempre estas allí
pero no germinas de la provocación,
no con el meconio último del subconsciente
y su calambre requerido.
Tu naces de la contracción sensitiva
donde aguardan las emociones su desarrollo.
Y yo, había dejado de sentir
y no paraba de querer escribir.
Nieves Alvarez
Hablar
No sé si hablar de crisis o sunami,
olas que de un plumazo -o lentamente-,
te quitan la cartera, el corazón,
las vísceras del día y de la noche,
el trabajo, la luz, el sueño, el hambre,
las ganas de vivir y de soñar.
No sé si hablar de reyes o repúblicas,
de aquellos y de todos, de políticos,
de corruptos, banqueros, pederastas,
gentes de verbo fácil y bolsillo difícil,
golpes de pecho y mala compostura
los días de diario y fiestas de guardar.
No sé si hablar de ti, de mí, de aquellos
que critican en casa. Esas personas
que no protestan nunca, no se quejan
ni cuando les aprietan los zapatos.
Se conforman, comprenden, son idiotas
que se callan y dejan de luchar.
Dime, amigo mío:
¿De qué te puedo hablar?
de aquellos y de todos, de políticos,
de corruptos, banqueros, pederastas,
gentes de verbo fácil y bolsillo difícil,
golpes de pecho y mala compostura
los días de diario y fiestas de guardar.
No sé si hablar de ti, de mí, de aquellos
que critican en casa. Esas personas
que no protestan nunca, no se quejan
ni cuando les aprietan los zapatos.
Se conforman, comprenden, son idiotas
que se callan y dejan de luchar.
Dime, amigo mío:
¿De qué te puedo hablar?
viernes, 21 de septiembre de 2018
Vicente Huidobro
Para llorar
- Es para llorar que buscamos nuestros ojos
Para sostener nuestras lágrimas allá arriba
En sus sobres nutridos de nuestros fantasmas
Es para llorar que apuntamos los fusiles sobre el día
Y sobre nuestra memoria de carne
Es para llorar que apreciamos nuestros huesos y a la muerte sentada.
Junto a la novia
Escondemos nuestra voz de todas las noches
Porque acarreamos la desgracia
Escondemos nuestras miradas bajo las alas de las piedras
Respiramos más suavemente que el cielo en el molino
Tenemos miedo.
Nuestro cuerpo cruje en el silencio
Como el esqueleto en el aniversario de su muerte
Es para llorar que buscamos palabras en el corazón
En el fondo del viento que hincha nuestro pecho
En el milagro del viento lleno de nuestras palabras.
La muerte está atornillada a la vida
Los astros se alejan en el infinito y los barcos en el mar
Las voces se alejan en el aire vuelto hacia la nada
Los rostros se alejan entre los pinos de la memoria
Y cuando el vacío está vacío bajo el aspecto irreparable
El viento abre los ojos de los ciegos
Es para llorar para llorar.
Nadie comprende nuestros signos y gestos de largas raíces
Nadie comprende la paloma encerrada en nuestras palabras
Paloma de nube y de noche
De nube en nube y de noche en noche
Esperamos en la puerta el regreso de un suspiro
Miramos ese hueco en el aire en que se mueven los que aún no han nacido.
Ese hueco en que quedaron las miradas de los ciegos estatuarios
Es para poder llorar, es para poder llorar
Porque las lágrimas deben llover sobre las mejillas de la tarde.
Es para llorar que la vida es tan corta
Es para llorar que la vida es tan larga.
El alma salta de nuestro cuerpo
Bebemos en la fuente que hace ver los ojos ausentes
La noche llega con sus corderos y sus selvas intraducibles
La noche llega a paso de montaña
Sobre el piano donde el árbol brota
Con sus mercancías y sus signos amargos
Con sus misterios que quisiera enterrar en el cielo
La ciudad cae en el saco de la noche
Desvestida de gloria y de prodigios
El mar abre y cierra su puerta
Es para llorar para llorar
Porque nuestras lágrimas no deben separarse del buen camino.
Es para llorar que buscamos la cuna de la luz
Y la cabellera ardiente de la dicha
Es la noche de la nadadora que sabe transformarse en fantasma
Es para llorar que abandonamos los campos de las simientes
En donde el árbol viejo canta bajo la tempestad como la estatua del mañana.
Es para llorar que abrimos la mente a los climas de impaciencia
Y que no apagamos el fuego del cerebro.
Es para llorar que la muerte es tan rápida
Es para llorar que la muerte es tan lenta.
Laura Gutiérrez Cortés
Desangraste la savia
de mis latidos, gota a gota,
pero el árbol fuerte
supera la gangrena y
sus hojas danzan tibias
a pesar del invierno.
Me observas en los espejos
de otras miradas, otras risas,
y nunca mi retorno a tus ramas,
como tampoco la libertad
de mi cabello entre tus dedos.
Eres ahora soledad y silencio,
en una primavera engendrada
que no agota sus días,
como maldición y arañazos
sobre un corazón seco.
Mis segundos transcurren bebiendo a sorbos, amor en carne viva...
-Muy a tu pesar -
de otras miradas, otras risas,
y nunca mi retorno a tus ramas,
como tampoco la libertad
de mi cabello entre tus dedos.
Eres ahora soledad y silencio,
en una primavera engendrada
que no agota sus días,
como maldición y arañazos
sobre un corazón seco.
Mis segundos transcurren bebiendo a sorbos, amor en carne viva...
-Muy a tu pesar -
Maria Prados Garcia.
LA VIDA
La vida me enseñó
a echar de menos,
a pasar hojas
que derraman miedos.
Fotograma a fotograma
prendidos en el recuerdo.
Imágenes imantadas
en la retina del tiempo.
Fotos en color
que se vuelven
en blanco y negro.
Pero también aprendí,
a saborear instantes,
mirar a los ojos,
decir un te quiero.
A vivir la vida
solo por momentos,
dar una caricia
luchar, sonreír,
un abrazo, un beso.
También aprendí...
A seguir viviendo.
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Aljaraque (Huelva)* ESPAÑA |
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